El pasado viernes, Taylor Lautner estuvo en Madrid debido al evento que preparó LG y su Star Ambassador. Una de las moderadoras del foro, pitty, tuvo la oportunidad de acudir al evento junto a Nuri_Cullen, otra usuaria conocida en las zonas lobunas del foro. Hoy os dejo una crónica hecha por nuestra moderadora y mañana os traeremos algunas fotos de la fiesta.
Después de casi perder el avión, de haber estado durante todo lo que llevaba de día estresada y sin parar ni un solo segundo por la falta de tiempo y de incluso pensar que no llegaría a tiempo (ilusa de mi) allí estaba yo junto con Nuri, ambas caminando por la calle Hermosilla de Madrid. Escuchábamos gritos y nos negábamos a creer que provinieran de a donde nosotras nos dirigíamos, pero nos estábamos equivocando tremendamente. Llegamos a las puertas atestadas de gente del restaurante Teatriz pasados algunos minutos de las 8 de la tarde de aquel viernes día 9 de abril de 2010 y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Por fin estaba allí. Nuri y yo nos fuimos a la parte izquierda del restaurante, donde había gente guardando cola y tras un rato allí nos informaron que teníamos que ir a la otra cola, al lado derecho. Allí nos encontramos con más lobas y fueron ellas las que nos dijeron que teníamos que ir a dar nuestros nombres a una chica que estaba muy cerca, rodeada de gente, para que nos buscara en la lista y nos pusieran unas pulseras (bastante graciosas) para poder entrar al restaurante. Así lo hicimos y después de tener las pulseras naranja fosforito adornando nuestras muñecas derechas, guardamos cola junto a las demás. Los nervios se palpaban en el ambiente. Los gritos de la gente que no iba a entrar a la fiesta y que deseaba ver también a aquella persona por la que tod@s estábamos allí, iban y venían. Miradas cómplices entre unas y otras. Todas estábamos de los nervios, deseando entrar de una vez por todas al restaurante y podérnoslo creer de una vez y por todas. Tras cerca de media hora esperando, quizás más, comenzamos a avanzar. Nuri y yo nos agarramos de la mano y tras pasar por cerca de 4 personas de seguridad, entramos al restaurante bajo unos focos que te hacían sentir parte de una película todavía más. Nada más entrar nos esperaban otras tantas personas de seguridad que nos indicaron por donde teníamos que entrar. Cada paso que dábamos hacía incrementar nuestros nervios. Entramos en un salón circular bastante grande en el que todavía entraban personas aunque estaba bastante lleno. Rápidamente nos acercamos a un camarero para servirnos unos cócteles, que por cierto estaban riquísimos, incluso con el detalle de un pétalo de rosa dentro a modo decorativo. Fuimos buscando sitio cerca del pasillo central que había con una ancha alfombra rosa fucsia. En los bordes de esa alfombra habían puesto unos cordones “de seguridad”. Con maña y disimulo nos fuimos acercando cada vez más a esos cordones hasta estar en la “segunda fila” y bastante hacia delante de cara al escenario que habían montado en el fondo de la habitación. Sobre ese escenario, un gran cartel estaba en el centro. “Orange – Star Ambassador – Lg” con el nombre central más grande y decorado. Tras ese improvisado escenario, un “paredón” grande con los mismos nombres que en el cartel, que emulaba a los típicos fondos de un photocall. A ambos lados de ese escenario, gente de seguridad. Tras ese cartel nadie sabía, excepto algunos afortunados, lo que estaba pasando. Aquello era lo único que nuestra vista podía ver. A las 9 y 10 más o menos, dos personas salieron por fin de detrás del escenario. Eran el responsable de LG España y de Orange. Nos dieron la bienvenida a la fiesta y nos explicaron de qué había versado el concurso de Star Ambassador además de agradecernos nuestra participación en él y la asistencia a la fiesta. Él estaba a punto de aparecer. Los nervios hicieron acto de presencia más que nunca. Nuri y yo nos miramos más de una vez la una a la otra pensando lo mismo, sin poder creer que estábamos de verdad allí. Que el momento que tanto habíamos soñado por fin iba a suceder. Sabiendo que nuestra ilusión no podía medirse y que lo que sentíamos no podía ser descrito. Y por fin, después de todo, apareció el. Taylor Lautner. Algunas gritaron, otras comenzaron a gritar, nosotras nos quedamos medio mudas, sin saber que hacer. El colapso lobuno había llegado junto con Taylor. Estaba apenas a unos 5-7 metros de nosotras. Estábamos comprobando que era de verdad, que las fotos no le hacen justicia porque es muchísimo más guapo y mil veces más vergonzoso. Reaccionamos a tiempo y empezamos a sacar fotos y grabamos las palabras que dijo instantes después de haber entrado en la habitación, de estar ante todas las personas que estábamos allí. “Thank you so much everyone for coming, it's lot of fun everyone! Thank you to my ambassador, Marta, thank you to LG and Orange for having us; this is great. I’m glad to have you all together so thank you! [...] Are you having fun?” y tras un “Yes” de algunas y de corear su nombre otras, Marta (embajadora de Taylor en España tras haber ganado el concurso de Star Ambassador) apareció en el escenario para animarnos a todas a que nos lo pasáramos bien y aprovecháramos la oportunidad ya que esas cosas ocurren tan solo una vez en la vida. Tras esos momentos en los que poco a poco todas fuimos siendo conscientes más o menos de lo que estaba ocurriendo, en los que nos sentíamos cada vez más como en una nube, Taylor bajó los tres escalones que le separaban de todas nosotras y se fue acercando poco a poco. Busqué a Nuri con la mirada y la agarré. Tenía la camiseta preparada para dársela. Ella la cámara lista para inmortalizar el momento. Taylor se fue acercando poco a poco hasta donde nosotras estábamos y en el primer momento que tuve, le metí la camiseta entre las manos. Un tanto sorprendido, alzó la vista y me miró para decirme un profundo “Thank you” que a mi me llegó al alma. Me limité a sonreír y disfrutar de esos sencillos pero inolvidables segundos. Uno de los hombres que lo escoltaban se metió en medio pero no desistí. Si había logrado darle por fin la camiseta tenía al menos que intentar sacarme una foto con el. Miré a Nuri y ella me entendió sin necesidad de mediar palabra. Sin dudarlo, alargué mi brazo y encontré el suyo. Le agarré el bíceps y lo apreté para llamar su atención. No quería ser una bestia ni tampoco tirar de él. Ante todo el es una persona como yo y si a mi no me gusta que me zarandeen de esa manera, por mucho que sea Taylor Lautner, tampoco yo iba a hacérselo a el. Intenté llamar su atención llamándole pero mi voz era superada por cincuenta más de otras chicas y no lo conseguí. Taylor estaba a menos de un metro de mi y me centré en mirarle, estudiarle y grabar esos momentos en mi cabeza. Todo se volvió una locura mientras tanto a mi alrededor. Llegó un momento que no nos podíamos mover y que si lo hacíamos era en bloque, como si de una marea de gente se tratase. Encontré a Nuri a mi izquierda, un poco más atrás que yo. Ella estaba en la misma situación. Conseguimos acercarnos y salimos un poco de aquel mogollón de gente. Fue entonces cuando vi que caía la carta que había metido en medio de la camiseta de Taylor y en cuanto tuve un segundo para agacharme sin miedo a ser aplastada por al menos veinte pares de pies, la recogí y volví a intentar dársela. Pero fue imposible. Los cordones de “seguridad” habían pasado a la historia hacía ya un rato y la gente se agolpaba alrededor de Taylor. Pude estar de nuevo bastante cerca de el, pero no lo suficiente como para poder darle la carta y mucho menos hacerme una foto con el. Tras unos 15 o 20 minutos se lo llevaron, y tras despedirse con un gesto con la mano, desapareció tras el “paredón” negro del escenario. Los responsables nos instaron a guardar la calma de nuevo y nos animaron a pasarlo bien el resto de la noche. Nuri y yo seguíamos la una junto a la otra y cuando tuvimos un poco de espacio, nos miramos y nos dimos cuenta de que teníamos la sonrisa tonta en la cara, un rostro rebosante de felicidad. El corazón latía rápido. La temperatura del ambiente parecía subir por momentos. Estábamos más felices que nunca y es que al menos habíamos conseguido uno de los grandes objetivos: darle la camiseta del club. El resto de la noche transcurrió en medio de risas, cócteles, música y pinchos. Además acudieron algunos rostros famosos como Aitor Luna (con el que luego tuvimos oportunidad de sacarnos una foto), Max Iglesias y Úrsula Corberó entre otros. Sin ningún tipo de duda una noche para recordar. Un momento para no olvidar jamás. ¿Quién dijo que los sueños no se cumplen?
Después de casi perder el avión, de haber estado durante todo lo que llevaba de día estresada y sin parar ni un solo segundo por la falta de tiempo y de incluso pensar que no llegaría a tiempo (ilusa de mi) allí estaba yo junto con Nuri, ambas caminando por la calle Hermosilla de Madrid. Escuchábamos gritos y nos negábamos a creer que provinieran de a donde nosotras nos dirigíamos, pero nos estábamos equivocando tremendamente. Llegamos a las puertas atestadas de gente del restaurante Teatriz pasados algunos minutos de las 8 de la tarde de aquel viernes día 9 de abril de 2010 y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Por fin estaba allí. Nuri y yo nos fuimos a la parte izquierda del restaurante, donde había gente guardando cola y tras un rato allí nos informaron que teníamos que ir a la otra cola, al lado derecho. Allí nos encontramos con más lobas y fueron ellas las que nos dijeron que teníamos que ir a dar nuestros nombres a una chica que estaba muy cerca, rodeada de gente, para que nos buscara en la lista y nos pusieran unas pulseras (bastante graciosas) para poder entrar al restaurante. Así lo hicimos y después de tener las pulseras naranja fosforito adornando nuestras muñecas derechas, guardamos cola junto a las demás. Los nervios se palpaban en el ambiente. Los gritos de la gente que no iba a entrar a la fiesta y que deseaba ver también a aquella persona por la que tod@s estábamos allí, iban y venían. Miradas cómplices entre unas y otras. Todas estábamos de los nervios, deseando entrar de una vez por todas al restaurante y podérnoslo creer de una vez y por todas. Tras cerca de media hora esperando, quizás más, comenzamos a avanzar. Nuri y yo nos agarramos de la mano y tras pasar por cerca de 4 personas de seguridad, entramos al restaurante bajo unos focos que te hacían sentir parte de una película todavía más. Nada más entrar nos esperaban otras tantas personas de seguridad que nos indicaron por donde teníamos que entrar. Cada paso que dábamos hacía incrementar nuestros nervios. Entramos en un salón circular bastante grande en el que todavía entraban personas aunque estaba bastante lleno. Rápidamente nos acercamos a un camarero para servirnos unos cócteles, que por cierto estaban riquísimos, incluso con el detalle de un pétalo de rosa dentro a modo decorativo. Fuimos buscando sitio cerca del pasillo central que había con una ancha alfombra rosa fucsia. En los bordes de esa alfombra habían puesto unos cordones “de seguridad”. Con maña y disimulo nos fuimos acercando cada vez más a esos cordones hasta estar en la “segunda fila” y bastante hacia delante de cara al escenario que habían montado en el fondo de la habitación. Sobre ese escenario, un gran cartel estaba en el centro. “Orange – Star Ambassador – Lg” con el nombre central más grande y decorado. Tras ese improvisado escenario, un “paredón” grande con los mismos nombres que en el cartel, que emulaba a los típicos fondos de un photocall. A ambos lados de ese escenario, gente de seguridad. Tras ese cartel nadie sabía, excepto algunos afortunados, lo que estaba pasando. Aquello era lo único que nuestra vista podía ver. A las 9 y 10 más o menos, dos personas salieron por fin de detrás del escenario. Eran el responsable de LG España y de Orange. Nos dieron la bienvenida a la fiesta y nos explicaron de qué había versado el concurso de Star Ambassador además de agradecernos nuestra participación en él y la asistencia a la fiesta. Él estaba a punto de aparecer. Los nervios hicieron acto de presencia más que nunca. Nuri y yo nos miramos más de una vez la una a la otra pensando lo mismo, sin poder creer que estábamos de verdad allí. Que el momento que tanto habíamos soñado por fin iba a suceder. Sabiendo que nuestra ilusión no podía medirse y que lo que sentíamos no podía ser descrito. Y por fin, después de todo, apareció el. Taylor Lautner. Algunas gritaron, otras comenzaron a gritar, nosotras nos quedamos medio mudas, sin saber que hacer. El colapso lobuno había llegado junto con Taylor. Estaba apenas a unos 5-7 metros de nosotras. Estábamos comprobando que era de verdad, que las fotos no le hacen justicia porque es muchísimo más guapo y mil veces más vergonzoso. Reaccionamos a tiempo y empezamos a sacar fotos y grabamos las palabras que dijo instantes después de haber entrado en la habitación, de estar ante todas las personas que estábamos allí. “Thank you so much everyone for coming, it's lot of fun everyone! Thank you to my ambassador, Marta, thank you to LG and Orange for having us; this is great. I’m glad to have you all together so thank you! [...] Are you having fun?” y tras un “Yes” de algunas y de corear su nombre otras, Marta (embajadora de Taylor en España tras haber ganado el concurso de Star Ambassador) apareció en el escenario para animarnos a todas a que nos lo pasáramos bien y aprovecháramos la oportunidad ya que esas cosas ocurren tan solo una vez en la vida. Tras esos momentos en los que poco a poco todas fuimos siendo conscientes más o menos de lo que estaba ocurriendo, en los que nos sentíamos cada vez más como en una nube, Taylor bajó los tres escalones que le separaban de todas nosotras y se fue acercando poco a poco. Busqué a Nuri con la mirada y la agarré. Tenía la camiseta preparada para dársela. Ella la cámara lista para inmortalizar el momento. Taylor se fue acercando poco a poco hasta donde nosotras estábamos y en el primer momento que tuve, le metí la camiseta entre las manos. Un tanto sorprendido, alzó la vista y me miró para decirme un profundo “Thank you” que a mi me llegó al alma. Me limité a sonreír y disfrutar de esos sencillos pero inolvidables segundos. Uno de los hombres que lo escoltaban se metió en medio pero no desistí. Si había logrado darle por fin la camiseta tenía al menos que intentar sacarme una foto con el. Miré a Nuri y ella me entendió sin necesidad de mediar palabra. Sin dudarlo, alargué mi brazo y encontré el suyo. Le agarré el bíceps y lo apreté para llamar su atención. No quería ser una bestia ni tampoco tirar de él. Ante todo el es una persona como yo y si a mi no me gusta que me zarandeen de esa manera, por mucho que sea Taylor Lautner, tampoco yo iba a hacérselo a el. Intenté llamar su atención llamándole pero mi voz era superada por cincuenta más de otras chicas y no lo conseguí. Taylor estaba a menos de un metro de mi y me centré en mirarle, estudiarle y grabar esos momentos en mi cabeza. Todo se volvió una locura mientras tanto a mi alrededor. Llegó un momento que no nos podíamos mover y que si lo hacíamos era en bloque, como si de una marea de gente se tratase. Encontré a Nuri a mi izquierda, un poco más atrás que yo. Ella estaba en la misma situación. Conseguimos acercarnos y salimos un poco de aquel mogollón de gente. Fue entonces cuando vi que caía la carta que había metido en medio de la camiseta de Taylor y en cuanto tuve un segundo para agacharme sin miedo a ser aplastada por al menos veinte pares de pies, la recogí y volví a intentar dársela. Pero fue imposible. Los cordones de “seguridad” habían pasado a la historia hacía ya un rato y la gente se agolpaba alrededor de Taylor. Pude estar de nuevo bastante cerca de el, pero no lo suficiente como para poder darle la carta y mucho menos hacerme una foto con el. Tras unos 15 o 20 minutos se lo llevaron, y tras despedirse con un gesto con la mano, desapareció tras el “paredón” negro del escenario. Los responsables nos instaron a guardar la calma de nuevo y nos animaron a pasarlo bien el resto de la noche. Nuri y yo seguíamos la una junto a la otra y cuando tuvimos un poco de espacio, nos miramos y nos dimos cuenta de que teníamos la sonrisa tonta en la cara, un rostro rebosante de felicidad. El corazón latía rápido. La temperatura del ambiente parecía subir por momentos. Estábamos más felices que nunca y es que al menos habíamos conseguido uno de los grandes objetivos: darle la camiseta del club. El resto de la noche transcurrió en medio de risas, cócteles, música y pinchos. Además acudieron algunos rostros famosos como Aitor Luna (con el que luego tuvimos oportunidad de sacarnos una foto), Max Iglesias y Úrsula Corberó entre otros. Sin ningún tipo de duda una noche para recordar. Un momento para no olvidar jamás. ¿Quién dijo que los sueños no se cumplen?
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