Más como su papel de la dura Joan Jett que su alter ego amargado Bella en Crepúsculo, Kristen Stewart llegó a la sesión de fotos para la portada de ELLE sola (conducía ella misma), con unos pantalones pitillo muy rockeros, una camisa de franela, Vans y un recogido bastante desaliñado.
Recibida con cientos de fotos suyas hechas por paparazzi que estaban colgadas de las paredes del studio de Los Angeles y docenas de vestidos, accesorios y asistentes dispuestos a transformarla para el objetivo, de la sencilla Stewart a la mega-celebridad.
Primero, Stewart eligió un top halter ceñido y unos shorts de Giorgio Armani – incluso consideró el llevarlos de nuevo en la calle- seguidos de un minivestido de Oscar de la Renta y unos puntiagudos tacones de Christian Louboutin. Mientras en el iPod de la estrella sonaban ‘Band of Horses’ y ‘Camera Obscura¡, Stewart se enfundó en un ardiente Versus de satén negro y un animado vestido verde de Dolce&Gabbana con estampado de leopardo. Justo lo necesario para una pequeña escapada.
Primero, Stewart eligió un top halter ceñido y unos shorts de Giorgio Armani – incluso consideró el llevarlos de nuevo en la calle- seguidos de un minivestido de Oscar de la Renta y unos puntiagudos tacones de Christian Louboutin. Mientras en el iPod de la estrella sonaban ‘Band of Horses’ y ‘Camera Obscura¡, Stewart se enfundó en un ardiente Versus de satén negro y un animado vestido verde de Dolce&Gabbana con estampado de leopardo. Justo lo necesario para una pequeña escapada.
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